jueves, 21 de abril de 2011

Viernes Santo, La Cruz

ADORACIÓN DE LA CRUZ
¿Oh Dios, porqué te he abandonado?

Contemplación:

Jesús ha muerto.

Ha quedado una cruz vacía.

Ella es la protagonista de esta noche.

Y de todas las noches de la historia, esta es la más oscura:

El Amor ha muerto.

Aquel a quien llamo “mi Señor”, “mi Rey”, “mi Pastor”, ... “mi Amado” ha muerto.

Yo también le he abandonado. Yo también le he crucificado. Y ya no hay nada que pueda hacer. Esto es así. No hay vuelta de hoja.
No puedo esquivar este momento, porque esquivaría también lo que vendrá a continuación.


Es el momento de estar ante esta Cruz. Es el momento de contemplar la Cruz:
Mi Señor, te he abandonado, te he dejado sólo, en tu camino por el valle tenebroso.
Lo has hecho tú sólo, con la misteriosa certeza que tenías de que, aunque no entendías, aunque no eran tus planes, era el camino.
Imagino tu tristeza, tu dolor, tu cansancio, la corona se clava, la cruz pesa, la sangre te nubla la vista, pero sigues.
Porque hoy está todo en tus manos. Todo depende de Ti.
Porque lo único que te queda es Él, tu apoyo, tu fuente, tu fidelidad.

Qué experiencias has tenido en tu vida de confiar en el Padre “a ciegas”, sin entender, sin ver qué pasará, renunciando a nuestros deseos y sueños y confiando en Él... porque Él te merece toda la confianza...Repasa tu vida...¿quién te abandonará?...  Él permanece...

Vamos a adentrarnos, con humildad y respeto, en los sentimientos de Jesús en la hora de la cruz.
Cantamos sintiendo cada frase, cada palabra, cada estrofa, sabiendo que son los sentimientos de Jesús en esta Hora; este es el canto de Jesús sobre la cruz; estas son las palabras de Jesús en la soledad de la madera.

“Oh Dios, porqué nos has abandonado”


Hoy, el protagonista, el Señor de esta noche, de esta Hora, es Jesús.

Pero hay otro protagonista: El Padre.
El Padre no quería este camino.

Pero creó al hombre a su imagen y semejanza, libre y con capacidad de decidir y de actuar. Pusiste el mundo, la historia en sus manos.
Y como buen Padre, le fuiste revelando tus caminos, tu historia, tu Ser.
Y la revelación final, el cara a cara, fue Jesús de Nazaret, Dios encarnado en la ternura... ¡Dios es Amor!.. lo que el ojo jamás creyó ver ni el oído oír...

“La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron.”
Y Jesús anunció el Reino, el camino del amor total, a todos, sin condiciones, sin excepciones, gratuito y escandaloso para los controladores de la fe. Acogió a los pecadores, a los impuros, a los fuera del sistema. Purificó el templo y habló con una autoridad que hizo temblar los cimientos del templo. Y el mundo no lo aceptó.

El Padre no quería este camino, pero regaló a la Creación la autonomía. Jesús vino al mundo a revelarle el Amor y el mundo le rechazó. Y Dios Padre tuvo que sujetarse las manos para no salvar a su Hijo. ¿Qué prueba hay más dolorosa para un padre que ver sufrir a un hijo? Nos pondríamos en su lugar para salvarle del dolor.

Pero Él se tomó más en serio la autonomía y la libertad del hombre que cualquier hombre. Y el Padre también aceptó el cáliz.
Porque el Amor no sabe de reservas. Admite todo, acepta todo. Y aceptó el camino  que el hombre estaba trazando.

Y el Padre decía “aun en esta hora, no te he abandonado; estoy junto a Ti, a tu lado”

Resonancias.
Es el momento de hacer una pausa en esta noche.

Es el momento de dejar hablar al corazón, de dejarle respirar, de dejarle compartir los sentimientos profundos que este día ha despertado.

Podemos compartir alguna frase de la adoración de la cruz, podemos espontáneamente compartir lo que tenemos dentro....

La Cruz y yo.
Bien, aquí entre nosotros, está la Cruz.
Escándalo para los judíos, locura para los racionales,... ¿qué es para nosotros?
Es el final de un camino, un sinsentido, un sufrimiento incomprensible....?
¿O es un manantial del que surge la vida eterna? ¿el agua de Jesús que quita para siempre nuestra sed?

Jesús ha muerto, traspasado por nuestros pecados, triturado  por nuestros delitos ... y ha muerto amando, perdonando, acogiendo, abrazando...

Ahora, en silencio, te invito a que te acerques a la cruz sabiéndote amado, perdonado, acogido, abrazado y deposites en ella, en el cuerpo de Jesús, en la muerte dolorosa y sacrificada por ti, TODO tu pecado, tus contradicciones, tu egoísmo, tu remordimiento, tu vanidad, incluso eso, especialmente eso, que ni tú te puedes perdonar.

Déjalo allí, porque Jesús te abraza. Jesús te libera. Tan sólo nos queda aceptar el regalo del Amor.

¡¡¡¡¡¿Para qué si no la Cruz?!!!!!

¿Quién (nunca) nos abandonará?

El escándalo de la misericordia. Si esto no nos sacude, no nos anodada, no nos desborda....
                               
Hoy, y para siempre, el protagonista, la piedra angular de la historia, es Jesús de Nazaret, quien por Amor, aceptó el camino que trazó el hombre y habiendo venido a revelar el Amor, fue crucificado por nosotros, y por Amor, por puro Amor e iniciativa suya, convirtió su muerte en fuente de perdón y salvación para todos los hombres.

Pero ... ¿porqué hacía falta la cruz? ....
Porque el pecado del hombre es un drama demasiado serio como para pasar por él de puntillas...

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