domingo, 28 de octubre de 2012

Mujer e Iglesia

La situación de la mujer en el mundo judío hace más de 2.000 años no permitió que Jesús las hiciera sacerdotes. Y sin embargo, su relación con la mujer y su visión de la mujer supuso una revolución para su tiempo.
Lógico, Jesús no se comportaba según los cánones sociales, sino siguiendo su conciencia y su ser.
Por eso fue tan "revolucionario", tan creativo y tan novedoso. Todo lo humano ya alcanzó su plenitud con Él.

Pero no era omnipotente. El Hijo del hombre aceptó plenamente su condición de hombre y sus condicionamientos. Aceptó el camino que le tocó transitar. Un camino que por coherencia y amor, terminó en una cruz solitaria en una colina lejana fuera de la ciudad de la Alianza...

Incluyó a la mujer entre sus discípulos, se dejó tocar y conmover por ellas, fueron las primeras a las que se les apareció... pero no pudo hacerlas sacerdotes. No tocaba ese tiempo.

Lo bueno de la eternidad es que te permite
dar a las cosas el tiempo que necesitan para que cambien. Y llevamos ya 2.000 años con el bueno de Dios trabajando este cambio en la Iglesia. Un cambio que paradójicamente, ha llegado antes al mundo secular que a su pueblo.

Hoy estamos más cerca. Por lo menos, ya somos muchos los cristianos los que sabemos que no hay nada en el hombre que lo haga más digno que  la mujer para ser sacerdote, obispo o Papa; para consagrar el Cuerpo de Cristo, ese que ellas fueron las primeras que vieron Resucitado.

La jerarquía, el poder, todavía se resiste. Pero es cuestión de tiempo.

Tienen al bueno de Dios en contra! ;-)

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/05/internacional/1349438936.html

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