Dios es así, y puede escandalizar a los justos y
cumplidores.
Jesús, en esta parábola, habló de su experiencia
directa de Dios. Y nos puede sobrepasar.
Ante el pecador, ante la oveja perdida, Dios sale a
su encuentro, la busca, la encuentra y la carga sobre sus hombros.
No hay un reproche, no hay una condición, no hay un
pero.
Es perdón a fondo perdido.
¿Porqué somos tan duros con nosotros mismos o con
los demás?
Muchas veces nos falta despertar, comprender su
Amor y encontrarnos con su Amor.
Porque el cristianismo es la religión de la
Revelación del Amor.
Pero antes de nuestro amor, de Su Amor.
Nadie es cristiano por unas ideas o unas
convicciones, ni siquiera por un estilo de vida.
Se es cristiano porque hemos tenido la suerte de
encontrarnos personalmente con Alguien. Y más aún, con Alguien que nos Ama. Y
cuando comprendemos la grandeza de ese Amor, de su incondicionalidad, de su
inmensidad (¡hasta la muerte por nosotros!), se deshacen las durezas, los
abismos, las oscuridades… es un Amor que ciertamente, da Vida, y Vida en
abundancia. Es la experiencia del Amor profundo.
Esta noche, en la oración, detente en saborear este
Amor.
Abrazos,
Eduardo
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De: Meditación Emaus
Enviado el: jueves, 8 de noviembre de 2018 11:36
Asunto: Evangelio Jueves 8 de Noviembre
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EVANGELIO JUEVES 8 DE
NOVIEMBRE
Parábolas
He hallado la oveja que se me había perdido
Lucas 15, 1-10. Tiempo Ordinario. Cristo no vino a llamar a los
justos, sino a los pecadores...a nosotros.
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle,
y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a
los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola.
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas,
no deja las 99 en el campo, y va a buscar la que se perdió hasta
que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus
hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice:
"Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había
perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el
cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no
tengan necesidad de conversión. «O, ¿qué mujer que tiene diez
dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y
busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra,
convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo,
porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo,
os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo
pecador que se convierta».
Oración introductoria
Dios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano,
para quien mi vida no cuenta casi nada. Te pido que medite en estos
momentos, lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja.
Petición
Jesús, que en mi vida seas Tú lo primero y lo más importante.
Meditación del Papa Francisco
Algunos cristianos parecen ser devotos de la diosa lamentación. El
mundo es el mundo, el mismo que hace cinco siglos atrás y es
necesario dar testimonio fuerte, ir adelante pero también soportar
las cosas que aún no se pueden cambiar. Con coraje y paciencia a
salir de nosotros mismos, hacia la comunidad para invitarlos.
Sean por todas partes portadores de la palabra de vida, en nuestros
barrios, dónde haya personas. Queridos hermanos, tenemos una oveja
y nos faltan 99, salgamos a buscarlas, pidamos la gracia de salir a
anunciar el evangelio. Porque es más fácil quedarse en casa con una
sola oveja, peinarla, acariciarla, pero a todos nosotros el Señor
nos quiere pastores y no peinadores.
Dios nos dio esta gracia gratuitamente, debemos darla
gratuitamente. (Cf. S.S. Francisco, 17 de junio de 2013, homilía en
Santa Marta).
Reflexión
La predicación del Señor atraía por su sencillez y por sus
exigencias de entrega y amor. Los fariseos le tenían envidia porque
la gente se iba tras Él. Esa actitud farisaica puede repetirse
entre los cristianos: una dureza de juicio tal que no acepte que un
pecador pueda convertirse y ser santo; o una ceguera de mente que
impida reconocer el bien que hacen los demás y alegrarse de ello.
Prostitutas, enfermos, mendigos, maleantes, pecadores. Cristo no
vino a llamar a los justos, sino a los pecadores, y por eso, fue
signo de contradicción. Llegó rompiendo esquemas, escandalizando,
amando hasta el extremo. Jesús se rodeaba de los sedientos de Dios,
de los que estaban perdidos y buscaban al Buen Pastor. Esto no
significa que el Señor no estime la perseverancia de los justos,
sino que aquí se destaca el gozo de Dios y de los bienaventurados
ante el pecador que se convierte, que se había perdido y vuelve al
hogar. Es una clara llamada al arrepentimiento ya . Otra caída... y
¡qué caída!... No te desesperes, no: humíllate y acude, por María,
al Amor Misericordioso de Jesús. ¡Arriba ese corazón! A comenzar de
nuevo.
Propósito
Repetiré la oración que me pide el Papa: Dios me conoce, se
preocupa de mí. Para que este pensamiento me llene de alegría y
penetre intensamente en mi interior.
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