jueves, 8 de noviembre de 2018

El escándalo de la Misericordia


Dios es así, y puede escandalizar a los justos y cumplidores.

Jesús, en esta parábola, habló de su experiencia directa de Dios. Y nos puede sobrepasar.

Ante el pecador, ante la oveja perdida, Dios sale a su encuentro, la busca, la encuentra y la carga sobre sus hombros.

No hay un reproche, no hay una condición, no hay un pero.

Es perdón a fondo perdido.

¿Porqué somos tan duros con nosotros mismos o con los demás?

Muchas veces nos falta despertar, comprender su Amor y encontrarnos con su Amor.

Porque el cristianismo es la religión de la Revelación del Amor.

Pero antes de nuestro amor, de Su Amor.

Nadie es cristiano por unas ideas o unas convicciones, ni siquiera por un estilo de vida.

Se es cristiano porque hemos tenido la suerte de encontrarnos personalmente con Alguien. Y más aún, con Alguien que nos Ama. Y cuando comprendemos la grandeza de ese Amor, de su incondicionalidad, de su inmensidad (¡hasta la muerte por nosotros!), se deshacen las durezas, los abismos, las oscuridades… es un Amor que ciertamente, da Vida, y Vida en abundancia. Es la experiencia del Amor profundo.

Esta noche, en la oración, detente en saborear este Amor.

Abrazos,

Eduardo


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De: Meditación Emaus  
Enviado el: jueves, 8 de noviembre de 2018 11:36
Asunto: Evangelio Jueves 8 de Noviembre


EVANGELIO JUEVES 8 DE NOVIEMBRE

Parábolas

He hallado la oveja que se me había perdido
Lucas 15, 1-10. Tiempo Ordinario. Cristo no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores...a nosotros.


Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10
Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Él para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos». Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el campo, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión. «O, ¿qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, convoca a las amigas y vecinas, y dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».

Oración introductoria
Dios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano, para quien mi vida no cuenta casi nada. Te pido que medite en estos momentos, lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja.

Petición
Jesús, que en mi vida seas Tú lo primero y lo más importante.

Meditación del Papa Francisco
Algunos cristianos parecen ser devotos de la diosa lamentación. El mundo es el mundo, el mismo que hace cinco siglos atrás y es necesario dar testimonio fuerte, ir adelante pero también soportar las cosas que aún no se pueden cambiar. Con coraje y paciencia a salir de nosotros mismos, hacia la comunidad para invitarlos.
Sean por todas partes portadores de la palabra de vida, en nuestros barrios, dónde haya personas. Queridos hermanos, tenemos una oveja y nos faltan 99, salgamos a buscarlas, pidamos la gracia de salir a anunciar el evangelio. Porque es más fácil quedarse en casa con una sola oveja, peinarla, acariciarla, pero a todos nosotros el Señor nos quiere pastores y no peinadores.
Dios nos dio esta gracia gratuitamente, debemos darla gratuitamente. (Cf. S.S. Francisco, 17 de junio de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión
La predicación del Señor atraía por su sencillez y por sus exigencias de entrega y amor. Los fariseos le tenían envidia porque la gente se iba tras Él. Esa actitud farisaica puede repetirse entre los cristianos: una dureza de juicio tal que no acepte que un pecador pueda convertirse y ser santo; o una ceguera de mente que impida reconocer el bien que hacen los demás y alegrarse de ello.

Prostitutas, enfermos, mendigos, maleantes, pecadores. Cristo no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores, y por eso, fue signo de contradicción. Llegó rompiendo esquemas, escandalizando, amando hasta el extremo. Jesús se rodeaba de los sedientos de Dios, de los que estaban perdidos y buscaban al Buen Pastor. Esto no significa que el Señor no estime la perseverancia de los justos, sino que aquí se destaca el gozo de Dios y de los bienaventurados ante el pecador que se convierte, que se había perdido y vuelve al hogar. Es una clara llamada al arrepentimiento ya . Otra caída... y ¡qué caída!... No te desesperes, no: humíllate y acude, por María, al Amor Misericordioso de Jesús. ¡Arriba ese corazón! A comenzar de nuevo.

Propósito
Repetiré la oración que me pide el Papa: Dios me conoce, se preocupa de mí. Para que este pensamiento me llene de alegría y penetre intensamente en mi interior.



 




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