Que en nada estimo todo lo que tengo comparado con conocer a Jesús. No te lo pierdas. Yo he hecho un poco del camino que tienes por delante y vale la pena.
Dedica todo tu esfuerzo a encontrarte con Jesús, a dejarte encontrar por Él. Jesús nunca falla. Al que le busca, le encuentra, al que le llama, le abre.
Para encontrarte con Jesús la oración es el único camino. La oración como diálogo con Él, diálogo de darle gracias, de apoyar tus miedos, de compartir tus sueños, de contrastar tu proyecto de vida, de entregar a su ternura tus pecados y tus contradicciones,… de descansar en Él, de permanecer en Él.
El día que le puedas decir, desde lo más profundo de tu corazón, “mi Amado“, “mi Señor“, “mi Camino” … estarás empezando a paladear su intimidad y a descubrir lo mejor del mundo.
Descubre al Jesús hombre, el que vivió 33 años entre nosotros. Para comprender lo que significa la grandeza de Jesucristo, es imprescindible conocer su aventura como hombre.
Jesús es camino, verdad y vida. Es el alfa y el omega, principio y fin de todo, es la piedra angular definitiva. El cristiano descansa su existencia en Jesús. Sólo Él basta. Yo soy torpe, egoísta, orgulloso,…. Pero mi salvación y mi justificación se apoyan en su Amor gratuito e incondicional. Jesús te ama tal y como tú eres, sin pedirte que cambies. Jesús te ama más allá de tu pecado, más allá incluso de ese pecado que ni tú te perdonas. Porque Él lo quiso al aceptar morir en una cruz solitaria en la soledad de una colina perdida. Aceptó el camino y la dinámica del hombre y ofreció su muerte por el perdón de nuestros pecados. El día que tu corazón entienda esto (y eso es gracia de Dios), habrás descubierto el manantial del que surge el agua que quita la sed para siempre, manantial de vida eterna. A eso lo llamamos “experiencia fundante” y hay un antes y un después en la vida de los afortunados que llegan a ella.
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