domingo, 29 de enero de 2012

Exodo

El Éxodo es uno de los libros que más me gustan del Antiguo Testamento y de toda la Biblia.
Un libro que cuenta una historia increíble.
La historia de cada uno de nosotros que nos hemos fiado de una Palabra y hemos confiado en una promesa de llegar a una tierra que mana leche y miel.
La decisión no es fácil. Aunque vivamos en la esclavitud, vivimos en una esclavitud conocida... e incluso cómoda.
Pero Alguien llega a nuestras vidas y nos dice:
"He visto la opresión de mi hijo. He oído su llamada de auxilio y vengo a liberarte.
Fíate de mí. Voy a sacarte de tus esclavitudes y a liberarte de ellas"
"Suena bien" dices tú. "Dime cómo vas a hacerlo, qué planes tienes, con qué hoja de ruta vamos a trabajar"
"Hum", dice el Señor. "Lo primero de lo que tienes que liberarte es de tus miedos y de tu necesidad de seguridad. De tu necesidad de controlarlo todo. Ponte en camino. YO te guiaré. YO conduciré tus pasos. No sabrás más destino que el mañana, no tendrás más certeza que tu confianza en mí. Aprenderás a caminar sin seguridades, con la libertad de los Hijos de Dios." 



"Porque además, te voy a liberar YO. Vas a experimentar la liberación de tu necesidad de tener éxito y de tener la última palabra. Conocerás el descanso y la liberación de apoyar, de fundamentar tu vida en mí"
El Exodo tiene todo esto, y mucho más. 
De la esclavitud, Dios los libera mediante una acción contundente, pero los conduce al desierto, a la sed, al hambre.... a aprender confianza, a madurar como pueblo y como personas.
Las situaciones que se narran son perfectamente trasladables a cada uno de nosotros. Nuestra infidelidad, Su fidelidad. Nuestra desesperanza y escepticismo. Su fe en nosotros. Nuestro abandonar. Su no dejarnos caer. 
Y cuando tras 40 años (un desierto que se puede cruzar en menos de un año), después de un camino de aprendizaje -cuando Israel ha aprendido a recibir la tierra prometida como el regalo que es, no como una consecución suya o por mérito suyo- Israel, llega a su destino. 




La dinámica es absolutamente paradigmática del proceso humano de liberación y crecimiento en Dios. De la experiencia fundante.
Situación de esclavitud -> Promesa de liberación, dinámica del deseo -> Comienzo del proceso, sin seguridad del resultado, sin poder controlar el desenlace -> fundamentación del proceso en el Otro, descanso del resultado en el absolutamente Otro -> proceso con altibajos, con desiertos, sed, hambre, desesperanza, esperanza.... -> aprendizaje de la confianza -> el proceso se alarga, parece que no llegaremos nunca -> cuando ya has comprendido que llegar no está al alcance de tus fuerzas, que no es mérito tuyo, cuando has aprendido a recibir el Regalo -> puede que llegues.
:-)

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