miércoles, 1 de octubre de 2014

Prostitutas y publicanos



Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» 
Contestaron: «El primero.» 
Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Estimados todos,
Os adjunto el comentario de Pagola, en el que aporta unos testimonios de unas prostitutas en su encuentro con el Señor...
¿Qué Dios es éste, que es la esperanza de los perdidos? 
¿Qué Dios es éste, al único al que sienten cercano los proscritos, los marginados, los excluidos, los que nadie quiere y a los que no les quedaba esperanza?
¿Qué Dios es éste, que es capaz de crear vida, luz, donde sólo había desesperación y sombras de muerte?
¿Qué Dios es éste, que baja a los abismos más profundos y más oscuros, a rescatar a la persona y a recordarle que sigue siendo persona, hija de Dios, amada de Dios, igual en dignidad a reyes, sacerdotes y profetas?
El encuentro de todas estas personas con Jesús es profundo e insondable. 
Por eso, cuando nos cruzamos con un mendigo, con una prostituta, con la escoria de nuestro mundo, podemos pensar... "esta persona está por delante mío ante los ojos de Dios. Es más digna que yo ante su Corazón"
Aunque... cada corazón humano ha tenido sus abismos y sus noches oscuras. Si te has abierto a Dios en tu desesperanza, sin ser tu sufrimiento comparable, sabes de qué hablan estas mujeres. 
Dios, como Padre, como Madre, se duele con su dolor. Son primeros en su Amor, por delante de nosotros. 
Él pone su Amor insondable para sanar sus heridas, para enjuagar sus dolores, para acompañar su sufrimiento, pero nos recuerda que somos su única herramienta para construir su Reino, para sanar el mundo. 
Aunque somos poca cosa, contradictorios y limitados, Él nos dice, "tú hazte cauce que Yo me haré torrente"
Besos y abrazos,

Eduardo

Comentario de José Antonio Pagola:
Un día Jesús pronunció estas duras palabras contra los dirigentes religiosos de su pueblo: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios”. Hace unos años pude comprobar que la afirmación de Jesús no es una exageración.
Un grupo de prostitutas de diferentes países, acompañadas por algunas Hermanas Oblatas, reflexionaron sobre Jesús con la ayuda del libro Jesús. Aproximación histórica. Todavía me conmueve la fuerza y el atractivo que tiene Jesús para estas mujeres de alma sencilla y corazón bueno. 
Rescato algunos de sus testimonios:
– “Me sentía sucia, vacía y poca cosa, todo el mundo me usaba. Ahora me siento con ganas de seguir viviendo porque Dios sabe mucho de mi sufrimiento... Dios está dentro de mí. Dios está dentro de mí. Dios está dentro de mí. ¡Este Jesús me entiende!...”.

– “Ahora, cuando llego a casa después del trabajo, me lavo con agua muy caliente para arrancar de mi piel la suciedad y después le rezo a este Jesús porque él sí me entiende y sabe mucho de mi sufrimiento... Jesús, quiero cambiar de vida, guíame porque tú solo conoces mi futuro...”

– “Yo pido a Jesús todo el día que me aparte de este modo de vida. Siempre que me ocurre algo, yo le llamo y él me ayuda. El está cerca de mí, es maravilloso... Él me lleva en sus manos, él me carga, siento la presencia de él...”

– “En la madrugada es cuando más hablo con él. Él me escucha mejor porque en este horario la gente duerme. Él está aquí, no duerme. Él siempre está aquí. A puerta cerrada, me arrodillo y le pido que merezca su ayuda, que me perdone, que yo lucharé por él...”

– “Un día yo estaba apoyada en la plaza y dije: Oh, Dios mío, ¿será que yo solo sirvo para esto? ¿Solo para la prostitución?... Entonces es el momento en que más sentí a Dios cargándome, ¿entendiste?, transformándome. Fue en aquel momento. Tanto que yo no me olvido. ¿Entendiste?...”

– “Yo ahora hablo con Jesús y le digo: aquí estoy, acompáñame. Tú viste lo que le sucedió a mi compañera (se refiere a una compañera asesinada en un hotel). Te ruego por ella y pido que nada malo suceda a mis compañeras, Yo no hablo, pero pido por ellas pues ellas son personas como yo...”

– “Estoy furiosa, triste, dolida, rechazada, nadie me quiere, no sé a quien culpar, o sería mejor odiar a la gente y a mí, o al mundo. Fíjate, desde que era niña yo creí en Ti y has permitido que esto me pasara... Te doy otra oportunidad para protegerme ahora. Bien, yo te perdono, pero por favor no me dejes de nuevo...” 

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