martes, 7 de noviembre de 2017

De denarios y jornadas



En el evangelio de hoy, Jesus hace una radiografía profunda del corazón del hombre. 
Nos escandaliza la misericordia de Dios; nos escandaliza que sea TAN bueno.

Nos suponemos los buenos, con derecho a más.  Como si el premio del amor de Dios fuera conquista nuestra y no regalo gratuito de Dios. Como si pudiéramos merecer el Amor total de Dios. 

Y luego estaría la pregunta. ¿Qué jornaleros somos? ¿Los de la mañana, los de la tarde, los de la noche?

Depende siempre de con quien nos comparemos. 

Lo único que podemos hacer, lo más sabio, es recibir el denario generoso de Dios, como lo que es, un regalo. 
Y recibirlo como Dios lo da. 
Sin preguntarnos si hemos empezado a trabajar por la mañana, por la tarde o por la noche. Dios nos regala su amor sin preguntas. Porque nos ama. Sin méritos ni medidas. 

Ensanchemos nuestro corazón para poder acoger su amor. 

Abrazos

Eduardo 




Inicio del mensaje reenviado:
EMAUS INMACULADA, Bogotá. 
Todos recibieron un denario cada uno
Parábolas

Mateo 20, 1-16. Tiempo Ordinario. Cristo necesita tus manos, tu inteligencia, tu servicio, para hacer algo por los demás. 

Del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido. Ellos fueron. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: Nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a mi viña. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

Palabra de Dios


Meditación del Papa Francisco
Había mucha necesidad en la viña y este señor pasó casi todo el tiempo yendo por las calles y las plazas del pueblo buscando trabajadores. Al respecto, ha invitado a pensar en los que buscó a última hora, nadie les había llamado, quién sabe cómo podían sentirse, porque al final del día no habrían llevado a casa nada para dar de comer a los hijos. Por esta razón, el Santo Padre ha dicho que esta parábola es un buen ejemplo para los responsables de la pastoral.
Otro aspecto profundizado por el Santo Padre ha sido a través de una advertencia: "no acudamos a la voz de las sirenas que llaman a hacer de la pastoral una serie convulsa de iniciativas, sin conseguir recoger lo esencial del compromiso de la evangelización.



Francisco ha señalado que a veces parece que estamos más preocupados por multiplicar las actividades más que por ser atentos con las personas a su encuentro con Dios. "Una pastoral que no tiene esta atención -ha indicado- se hace estéril poco a poco". Asimismo ha querido recordar que una pastoral sin oración y contemplación no podrá nunca alcanzar el corazón de las personas. (Discurso de S.S. Francisco, 19 de septiembre de 2014).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 España.