miércoles, 27 de febrero de 2013

El camino del cristiano


El otro día leí en un diario sobre "la apacible seguridad de unas convicciones religiosas"

Me di cuenta de que el periodista no sabía en absoluto lo que es ser cristiano.
No sabe que confesarse cristiano es desapropiarte radicalmente de tu vida.
Es darle al Otro, al absolutamente Otro, la iniciativa de tu vida, porque le confiesas Señor.
Es darle la última palabra sobre tu vida, tu persona y tu destino a Otro, que es Dios.

Y eso supone muchas veces no coger el camino fácil, cómodo o deslumbrante.
Porque el camino que Dios propone es amar como El nos amó.
Un camino de amor radical al prójimo, aunque a veces haya que negar de uno mismo.
Porque amar supone poner al prójimo por delante de nosotros, y eso exige muchas veces sacrificio y renuncia. Nunca gratuitos, siempre por Amor.

Y no es cómodo ni sencillo. Es caminar el camino del crucificado.

Esa es la propuesta, aunque muchas veces nos quedamos a medias y no llegamos.

Es un horizonte hacia el que caminar cada día de la vida.




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